lunes, 14 de diciembre de 2009

Uso de la Ética en la Información

Al manejar información se debe tener un uso ético, sin embargo en estos tiempos es algo que ya nos hace falta no sólo en la información también en todo el mundo se está perdiendo poco a poco ya que la información es una herramienta del conocimiento. Los flujos de información no transmiten sólo un saber positivo sino que son portadores de valores, motivaciones, sentimientos, emociones, etcétera.
La ética proporciona un marco de trabajo para dirigir las funciones esenciales de los especialistas, establecer políticas y desarrollar estrategias para los servicios o bienes que producen.

Es difícil establecer una definición de ética para el trabajador de la información. Pero pudiera decirse que comprende las acciones y decisiones morales relacionadas con la actitud profesional ante las actividades, problemas y tendencias en el campo de las ciencias de la información. Ésta sustenta la toma de la decisión correcta, la determinación del beneficio en relación con el perjuicio; lo justo ante lo injusto y qué debe hacerse en el contexto de la atención bibliotecaria de acuerdo con la disposición de hacer el bien.
En términos prácticos, la información es un bien intangible que se vende, compra, cambia, reproduce y modifica cuyo significado puede variar según el contexto donde se introduzca.

La información se protege y muchos la monopolizan. No es sólo un instrumento inofensivo de la cultura, sino también un recurso del poder, que puede convertirse en un arma letal en manos escrupulosas. Puede utilizarse con virtuosismo, pero también en forma arbitraria o abominable. Los peligros y las bondades de la información hacen inaceptables, tanto los criterios absolutamente liberales para el acceso y la circulación de la información como las posiciones restrictivas. Se trata de un difícil problema de límites y de competencias que debe resolverse sin composiciones ni acciones autoritarias.

Obviamente, existen segmentos sociales que reclaman una información especializada. Por ello, la idea de excluir a ciertos grupos de determinadas informaciones puede tornarse absurda en contextos y circunstancias específicas. En general, una persona informada puede ser más activa, protagonista, crítica, exigente, responsable y competitiva. Las sociedades más avanzadas procuran crear una abundante circulación de la información, que estimule la creatividad y aportan los recursos necesarios para la investigación. Únicamente, en condiciones de abundancia de información, la creatividad humana alcanza los niveles más significativos.

Proteger la información es una actitud legítima; monopolizarla, impedir que otros accedan a ella, puede ser arbitrario. Por supuesto, hay tipos de información que por su sensibilidad o su carácter, deben protegerse. Es inaceptable, tanto un criterio absolutamente liberal en materia de acceso a la información, como una posición absolutamente restrictiva.

No hay comentarios:

Publicar un comentario